Juan Delancer

FUENTE: Revista Sala de Espera

Conversar de cine para mí ya es una costumbre, podría decir que mi vida es casi una película donde el protagonista no soy yo, sino mis colegas artistas que me brindan buenas conversaciones. Esta vez conversa conmigo un querido amigo, director de la película dominicana “Trópico de Sangre” protagonizada por Michelle Rodríguez, César Évora, Sharlene Taule, Juan Fernández entre otros. Ésta cuenta la trágica historia de las hermanas Mirabal.

Dago Sánchez. Juan, ¿Cómo ves todo esto que esta pasando con el cine criollo?

Juan Delancer. Una valiosa oportunidad para sentar las bases de una industria en ciernes que aunque precisa de consolidar sus pilares, y dada nuestra particularidad como país, se encamina a fortalecer al menos la cantidad y variedad de sus producciones.

DS. ¿Qué cambarías de el ahora mismo?

JD. Los procesos, y el del cine dominicano es uno, marchan siempre a tono con variedad de incidencias, en las que interviene diversidad de factores . Más que cambiar, querría más bien que antes de que ese proceso avance notablemente, se incentive con mayor una mayor sistematización en la formación de nuevos recursos humanos. De otro lado, me gustaría ver una mejoría sustancial en la elaboración de los guiones, pieza clave en la conformación de un filme.

DS. ¿Las comedias son muy rentables, podría Juan Delancer sorprendernos con una?

JD. La comedia es un género y como tal es susceptible de ser abordada por cualquier director. Me gustan las comedias y de hecho he concebido un par de proyectos en esa línea. Es solo que cada cosa a su momento. En tanto género, veo que se critican determinadas comedias del cine nuestro creando una confusión evidente, cuando en verdad lo que se desea es cuestionar la manera de tratarlas. Ello a excepción de quienes no gusten de ese género.

DS. ¿Cómo definiría su estilo como director?

JD. Aun no tengo. En un cine como el nuestro, que procura aun dotarse de identidad, sería muy pretencioso alardear de un estilo directoral. Junto con la búsqueda de ese perfil propio en el cine dominicano, así también correrá paralela una búsqueda que afine un estilo en la dirección.

DS. Hemos visto ya varias películas cuyo tema principal es Las Hermanas Mirabal, ¿En qué se diferencia Trópico de Sangre a esas producciones?

JD. Creo que respecto, por ejemplo, de «En el Tiempo de las Mariposas», de Mariano Barroso, en la nuestra se entrelazan como trama y subtrama el conflicto entre las heroínas y la dictadura, por una parte, y el deseo de venganza que anidará Antonio de la Maza por el asesinato de su hermano, siendo originalmente un gobernador del régimen en la provincia donde viven las Mirabal. También creo que se elaboró un contexto histórico más denso que sirviera de sustento para comprender la época.

DS. ¿Cree que la verdadera historia de Las Hna. Mirabal ha sido contada en las pantallas?

JD. Creo que la historia de las hermanas Mirabal expuesta en Trópico de Sangre es, si bien ficcionado en algunos aspectos, un relato veraz, fruto de una amplia investigación, tomando como referencia primaria a Doña Dedé Mirabal huecos en las historias que solo llena la ficción. Existen historias oficiales que no por ellos son verdaderas.

DS. ¿Por qué cree usted que Trópico de Sangre no esta entre las películas mas taquilleras del cine dominicano?

JD. Por qué crees que la mayoría de la gente consume más fritura que vegetales? Exceptuando a Perico Ripiao, me permito observar lo siguiente: Existe una tendencia enfermiza y distorsionante en ciertas crónicas consuetudinarias de valorar el éxito de un film dominicano cuasi exclusivamente a partir de la taquilla, cuando en verdad se debiera distinguir la afluencia masiva o no en tanto carácter comercial del producto, considerando aparte los valores cinematográficos intrínsecos de la cinta. Yuniol no es la película más taquillera de Alfonso Rodríguez y, sin embargo, sus logros apreciables la hacen más que digna para presentarse con satisfacción en cualquier parte del mundo. Naturalmente, todos quisiéramos que un film nuestro se viera masivamente, mas forzar la trama con ese único propósito no hace si no desnaturalizar el film mismo». Trópico de Sangre no habrá figurado al lado de ciertas películas dominicanas taquilleras, pero me contenta y satisface sobremanera que desde hace varios meses figure en la programación en inglés y en español de la cadena norteamericana HBO.

DS. Todos conocemos a Michelle Rodríguez y sabemos que Hollywood la tiene encasillada como figura de acción, ¿No cree qué fue un riesgo responsabilizar a Michelle en un papel dramático tan exigente en Trópico de Sangre?

JD. Pienso que Michelle Rodríguez tiene suficiente talento como para representar con propiedad un rol dramático. Era un riesgo, si es que lo fue, que valió la pena, pese a las deficiencias y torpezas que afrontamos en términos de producción en Trópico de Sangre.

DS. ¿Volveríamos a ver a Michelle en otra producción suya?

JD. Ya quisiera yo. Cualquier director estaría encantado con tenerla en su elenco.

DS. Juan, ¿Qué trae ahora? ¿Qué es lo nuevo que esta preparando?

JD. Espero iniciar este mismo año la preproducción de mi próximo film, basado en la historia de Evangelina Rodríguez, la primera dominicana graduada de medicina. Una historia desgarradora y reveladora. Hace mucho que debió contarse luego que el Dr. Zaglul le dedicara su biografía.

DS. ¿Para cuando tiene pensado filmar?

JD. Conforme algunos asuntos pendientes de concretar en cuanto a la producción misma, me luce que sería a comienzos de 2013.

DS. Juan usted toma unos temas como que muy complicados podríamos decir, o diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, ¿Se considera el héroe de las historias verdaderas dominicanas?

JD. Para nada. Solo creo con fervor, con pasión, que muchas historias sobre sucesos o personajes dominicanos peligrosamente olvidados deben ser resucitados por el cine. Naturalmente, no basta escoger esas historias. Deben contarse bien. No hay heroísmo alguno en ello. Más bien interés en que esa poderosa herramienta que es el cine y que tantos jóvenes siguen y que han sido inducidos a ser desmemoriados, vibren con historias propias a la par que con Batman o El Señor de los Anillos.

DS. Ya para terminar, ¿Cuál es su consejo a todos los dominicanos que no creen en el cine criollo?

JD. Que lo asuman como algo propio a lo que deben respaldar sin dejar de exigirle que avance en calidad y nuevas propuestas. De nada vale enarbolar un reclamo de apoyo puramente nacionalista sin contar con el derecho libérrimo de la audiencia a juzgar. La gente va al cine a vivir compartiendo historias, acude a emocionarse y, tal vez, a extraer de un visionado alguna lección de vida.

 

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