Freddy Vargas
Si a la hora de dar algún premio, no hay candidatos dignos a equis categoría, pues déjela desierta y punto.
1- Dago Sánchez. ¿Por qué cine?
Freddy Vargas. Porque no me imagino haciendo otro oficio o vacación que me haga más feliz. Además porque soy un storyteller que ha encontrado en el cine el mejor medio para contar historias y que estas historias tengan impacto.
Además siento que hacen falta cineastas que se tomen el riesgo de hacer trabajos que reten a la audiencia, trabajos cinematográficos que rompan con las normas de nuestro cine. Desde que tengo uso de razón me ha gustado el cine. Pero no me decidí si no hasta mi adolescencia de que lo podía estudiar y ejercer como carrera. Que un día me podía ganar la vida haciendo el arte que me gusta.
2- DS. Conozco tu trabajo y me he dado cuenta que una de las cosas en donde más te preocupas es en el guion ¿Para ti, qué valor tiene este en una producción?
FV. Creo que el guion es fundamental para una película. Vamos a decir que sin guion no hay película. Sí, claro, sé que se han hecho películas improvisadas, contando quizás con un outline, pero en el cine profesional y en el 99% de las producciones se necesita un guion. Digamos que antes de ser director fui guionista. Antes de dirigir había escrito ya varios cortometrajes y escribí también un largometraje llamado “Buscando un Sueño” justo antes de graduarme de la universidad St. Johns. Es decir, me conocí primero como guionista. Para mí el guion es la espina dorsal de un trabajo cinematográfico.
Lamentablemente al guionista tradicionalmente se le ha tratado muy mal, tanto en el cine de Hollywood como en el cine latinoamericano. No se le da la importancia que amerita ni se le remunera de la manera adecuada. Es por eso que gente como el excelente guionista Argentino Pablo Solarz (Historias Mínimas, Un Novio Para Mi Mujer) decidió dirigir, pues como dice, los directores usualmente reciben toda la gloria y ponen «una película de» director fulanito de tal, cuando debe ser solamente «director».
Él dice que el escritor es el autor de una película, el director, es el director, el encargado de interpretar el guion. Hay todo un debate que es más viejo que el frío en este respecto. En resumen, el valor de «un buen guion» en una producción es incalculable. Lamentablemente en nuestro país como en muchas partes del mundo no se respeta al guionista ni se le da el valor que se merece. El guion es el blue print. Es la primera versión de la película, luego cuando se filma es otra versión y otra cuando se edita.
3- ¿Entiendes tú que últimamente se le está dando más importancia a las ganancias que al guion?
FV. Hay una cosa en que debemos estar claros, aunque existe mucho tipo de cine, un cine más comercial que otro, un cine de autor, un cine de arte, etc., pero el cine es showbusiness y como tal, es arte, y es negocio a la vez. La clave está en encontrar ese balance, ese equilibrio. Hay países que gracias al apoyo estatal y a sus leyes de cine, estos instrumentos les permite a algunos cineastas a que se tomen más riesgos en los temas que tratan, en sus planteamientos cinematográficos.
El cine de Hollywood, con todo y lo mal que muchas personas hablan de él, por lo menos tratan de invertir en los guiones, de que estos tengan calidad profesional y de que estos pasen ciertas pruebas antes de llegar a producción, ya que es mucho lo que se invierte. No quiero poner de ejemplo al cine de Hollywood como que es el mejor del mundo (aunque sí es el que domina mundialmente), pero ellos cuidan mucho el guion. Lo que pasa es que usualmente es basado en una fórmula que ya le trabaja. Pero sabemos que todos los años salen de Hollywood guiones de muy buena calidad, como el de le película Argo.
4- DS. Ya que mencionas leyes ¿Qué opinas de la nuestra?
FV. No conozco la ley a fondo, pero lo que he podido ver hasta ahora y basado en lo que entiendo de ella, me parece que es un punto muy positivo para el desarrollo de nuestra cinematografía nacional, de nuestra identidad cinematográfica. Aplaudo esfuerzos como Fomprocine y lo de que las empresas puedan invertir hasta el 25% de lo que pagan de impuestos anualmente en producciones cinematográficas.
Creo que es un gran salto para formar nuestra propia industria Carib-Wood, como dice un amigo mío. Espero que la mejoremos al pasar los años. Siento que don Ellis Pérez está haciendo una excelente labor frente a la DGCINE.
5- DS. ¿Qué cambiarías del cine dominicano?
FV. Bueno, esa es una pregunta un poco complicada, pero no voy a tirar piedras si vivo en una casa de cristal. Yo pienso que más que nada necesitamos formar guionistas. Debemos tener más respeto al oficio de director, pues ahora cualquier persona con una cámara Cannon 5D, o porque haya tomado un cursito o un semestre en una universidad se cree y se hace llamar director de cine. Los directores como los productores deben ser más cuidadosos a la hora de seleccionar las historias que quieren llevar al cine y también de determinar cuándo un guion está listo para ser producido.
Creo que las casas productoras no les caería nada mal tener un departamento de desarrollo de guiones. Eso es lo más lógico. Esto evitaría que se hagan tantas películas con guiones tan mediocres. El ego de varios directores en el país es demasiado grande como para encargar a un guionista que escriba la película que este quiere dirigir. Debemos también de dejar de premiar la mediocridad. Si a la hora de dar algún premio, no hay candidatos dignos a equis categoría, pues déjela desierta y punto. Por último, debemos educar mejor a nuestro público a que pueda apreciar el buen cine.
6- DS. ¿Cómo podemos educar al público?
FV. Yo no me atrevería a decir que tengo la fórmula para eso. Creo que es algo que debemos debatir, cuál sería la mejor forma de hacerlo. Pero pienso que una de las mejores formas es exponer a nuestro público, especialmente al de los pueblos y provincias a un cine más diverso. Y porque no, dar clases de apreciación cinematográfica en los liceos y escuelas.
Educar a nuestros jóvenes desde una temprana edad a como apreciar una obra cinematográfica. Debemos fomentar los cine-forums, especialmente ahora que podemos aprovechar la tecnología de digital para estos propósitos. La clave está en las escuelas, poner apreciación cinematográfica como una materia. Más que nada, exponer al público a cine de calidad.
7- DS. Cuéntame tu experiencia en el pasado 6to Festival de Cine Global Dominicano donde tuviste la oportunidad de compartir tus conocimientos con jóvenes estudiantes de cine.
FV. De verdad fue una muy grata experiencia. La próxima vez me prometí a mí mismo estar mejor preparado en cuanto al aspecto didáctico se refiere. A pesar de esto sentí que pude responder a muchas de sus inquietudes y compartir mis experiencias como cineasta con estos jóvenes. Es algo que sin lugar a dudas me gustaría hacer de nuevo, pues para mi es gratificante cuando puedo transmitir mis experiencias y conocimientos en el cine a jóvenes hambrientos de conocimiento.
8- DS. Estas presentando tu nuevo trabajo «El seno de la esperanza» y los comentarios han sido muy positivos. Cuéntanos que significó este nuevo reto para ti y de que trata esta historia.
FV. Es un cortometraje que escribí allá en el 2010, luego del terremoto de Haití y de haberme enterado lo que una increíble mujer llamada Sonia Marmolejos hizo para ayudar a las más indefensas víctimas de este sismo. Ese mismo año y siguiendo la sugerencia de mi querido amigo cineasta Juan Basanta, nos tomamos un viaje a Enriquillo, Barahona junto a mi colaborador y mejor amigo de la universidad Alci Medina y entrevisté a Sonia Marmolejos para que ella nos contara su propia historia. Grabamos imágenes del pueblo, del entorno de Sonia.
Esto me sirvió de base para documentarme mejor sobre la historia que quería contar. El guion, el cual titulé «El Seno de la Esperanza» (Milk of Hope), fue seleccionado por HBO y el New York International Latino Film Festival para formar parte de un panel titulado The Art of the Short (El Arte del Cortometraje). Desde ese entonces estaba buscando ayuda para hacer este corto. Como productor ese era el reto, buscar fondos para un trabajo cinematográfico que aunque corto, no era barato de producir. Un trabajo con un fuerte contenido social y un gran mensaje.
Para mi suerte, un productor ejecutivo con el cual había firmado para que me produjera otro proyecto se interesó en ayudarme a buscar los fondos. Yo terminé buscando la mitad de los fondos en New York, mediante otras instituciones. Ese fue el primer gran reto, buscar la plata para hacer el corto. Como sabrás los cortos no son para hacer dinero. A menos que gane muchos premios y te compren los derechos de TV, pero esos casos son muy poco comunes. El siguiente reto, que vino antes de conseguir el dinero, era el casting la actriz que encarnaría a Sonia Marmolejos.
Una vez vi a Cheddy García actuar en “La Lucha de Ana”, me di cuenta de que había encontrado mi actriz. Ya había visto algunas actrices para este papel, pero no estaba convencido. El siguiente reto fue que este era apenas el segundo trabajo de ficción que rodaba en mi país natal y teníamos la presión adicional de que había que filmarlo y tenerlo listo para mostrarlo en el aniversario del terremoto de Haití, cosa que fue imposible dada la poca ventana de tiempo que había entre rodaje y el aniversario del terremoto. Luego de varias conversaciones con el patrocinador principal decidimos estrenarlo el día internacional de la mujer.
Surgieron contratiempos de producción y de presupuesto sobre los cuales no quiero abundar, pero a pesar de esto siempre traté de mantener la calma y gracias a un equipo de jóvenes técnicos y fajadores del cine como nuestro director de fotografía Francis Adámez, Yinna de la Cruz como asistente de director, Yoel Morales como asistente de producción, Mario Núñez en la producción general; pudimos echar adelante. Cabe destacar la total entrega de Cheddy García al personaje y su nivel de profesionalidad.
Tuve la ayuda de amigos como Francis Disla «El Indio» en cuanto a equipos y un sinnúmero de instituciones como la UASD y FUNGLODE que dijeron presente de alguna forma u otra. El ACNUR fue nuestro más grande aliado. Agradezco también inmensamente a Valerie Juliand del PNUD.
La historia trata sobre Sonia Marmolejos, una madre dominicana de Enriquillo provincia de Barahona con cinco hijos, incluyendo una recién nacida, ayuda a las más pequeñas víctimas del terremoto de Haití. Una acción que ha conmovido a todo el país y el mundo. Hasta ahora las reacciones al corto han sido muy positivas.
9- DS. ¿Cuándo vas a realizar tu largometraje y de qué tratará?
FV. Una vez terminado y pulido el guion, creo que poco tiempo después tendré una respuesta más concreta en cuanto a fechas. Pero no tengo dudas de que se va a realizar pues ya me he acercado a algunos productores que conocen mi trabajo y sólo esperan el guion. Se trata de “PINCHOS Y ROLOS”, una comedia musical que se desarrolla en un salón de belleza del barrio dominicano de Washington Heights en Nueva York.
En el 2008 hice un cortometraje que lleva el mismo título el cual le sirve al inversionista como un ejemplo del tono y la forma que tendrá el largometraje. Mi inspiración fue la comedia musical española “El Otro Lado de la Cama” al igual que una obra teatral de mi tía dramaturga Elizabeth Ovalle que lleva el mismo título que mi corto. Es un proyecto que vengo madurando.
10- DS. Ya para terminar, ¿Qué le aconsejas a los nuevos talentos que están haciendo cortometrajes?
FV. Yo les aconsejo que estudien el oficio, que aprecien el arte cinematográfico, que vean mucho cine, que lean la mayor cantidad de guiones posibles, que estudien la historia de nuestro arte y sobre todo que no dejen de hacer cine. En la actualidad la tecnología digital tanto en edición como para capturar imágenes, ha democratizado el proceso.
Y como último consejo, que si de verdad no aman el cinema (el cine) que no lo hagan simplemente por el hecho de sustentar su ego. Dentro del cine hay muchos oficios y ramas, encuentren aquella que le apasione y dedíquense a ella como si fuese tu religión. Pero lo más importante es tenerle amor al cine, a nuestro séptimo arte y si lo que quieren es hacer dinero, que se dediquen a banqueros.